Hoy he completado el programa de Google para ser facilitadora de #IamRemarkable.
Esta iniciativa pretende dar voz a las mujeres y grupos minoritarios para que hablen de sus logros sin modestia y así ayudar a romper el famoso techo de cristal. Consiste en hablar de lo que has logrado en el trabajo y fuera de él.Los beneficios de la autopromoción son enormes, no solo por tomar el control de cómo otros te perciben, si no también al poder transmitir la contribución única de tu trabajo. Solo aparecen las oportunidades si la gente conoce en qué puedes ayudarles.
Reflexión: ¿En quién pensarías para delegar un gran proyecto? ¿En alguién que sabes que ha tenido éxito anteriormente o en alguien que no conoces ni sus resultados?
Recibimos tanta información y llevamos un ritmo tan frenético que estar posicionados en la mente de las otras personas y que conozcan nuestros logros es una gran ventaja para que nos elijan. Hablamos de contratarnos, darnos más responsabilidad, subirnos el sueldo, invertir en nuestro proyecto… pero también fuera del trabajo: ampliar nuestros círculos de amistad, influencia, tener relaciones de confianza,… Un mundo de oportunidades que dejamos pasar si no nos conocen o no saben los resultados de nuestro trabajo.
Esta iniciativa #IamRemarkable promueve, a parte de la practica de las habilidades para autopromocionarse, también cuestionar la percepción social que tenemos de que venderse es malo, especialmente si lo hacen las mujeres.
¿Venderse a uno mismo es malo?
Los logros NO hablan por si solos. Si tú no hablas de tu trabajo, nadie lo hará. Y eso no es todo, si tú no hablas de tu trabajo te quedarás atrás, ya que otras muchas personas sí lo harán y por lo tanto tendrán muchas más oportunidades al haberse dado a conocer.
No estamos hablando de mentir, manipular, ni exagerar. Se trata de explicar los hechos reales de lo que hemos logrado. Por ejemplo, si has logrado X resultados con tu trabajo, si has contribuido a Y o si te has autosuperado con Z.
¿Qué tiene eso de malo? No es presumir, ni alardear, es explicar nuestros logros para que otros nos puedan tener en cuenta.
Las mujeres invisibles
Las creencias sociales nos limitan, especialmente a las mujeres, que cuando explican los logros que han conseguido son tachadas de “creídas o sobradas”, en cambio en los hombres se les asume el éxito con más naturalidad. Esto está relacionado con los estereotipos de género donde a la mujer se le asume un rol de obediencia y modestia ¡y es totalmente injusto!
Además esto contribuye a que las mujeres seamos mucho más inseguras e infravaloremos nuestros logros, y como consecuencia nos cueste mucho más vendernos ya que ni nosotras mismas le damos valor a todo lo que hemos logrado.
Cuando estos sesgos se aplican en las empresas se traduce en que se da menos valor a las ideas de las mujeres, se las interrumpe más y tienen menos influencia en los equipos.
Entrenamiento consciente
Para combatir estas creencias, has de empezar entrenándote de forma consciente con atención. Con el tiempo encontrarás la manera sentirte cómoda vendiéndote con tu propio estilo personal.
Tú has de ser la primera en creer en ti, para que otros también lo puedan hacer.
¿Preparada para creer en ti?
Aquí van algunas ideas para creer más en ti y ver que también eres notable:
- Piensa ahora mismo un logro personal y otro profesional del que te sientas orgullosa. Algo único, inspirador, personal,…
- Comparte estos logros con amigos/compañeros para ver el efecto positivo que tiene hacerlo y cómo te sientes de bien.
- Pregunta a las personas de confianza qué creen ellos que tienes de especial.
- Cada noche anota los logros de tu día, como un pequeño diario y al cabo de un tiempo regálate releerlo. Si no lo haces en el día a día nuestra mente nos traiciona y solo recuerda los más recientes, sacándole importancia a los otros.
- Usa tus logros para reflexionar también sobre qué podrías hacer para seguir mejorando y conseguir nuevos retos con éxito.
Y como quiero predicar con el ejemplo, quiero compartirte un nuevo logro del que estoy muy orgullosa. He sido madre recientemente de mi segundo hijo, Nil, y no solo ha despertado en mí mi lado más reivindicativo, sino que también me he llenado de energía para escribir mi primer libro.
Ahí lo dejo… En breve más noticias.
Ahora te toca a ti. Me encantará que me cuentes en qué eres “Remarkable” y si te cuesta o no creer en ti.