Una vez habiendo visto qué es el storytelling y qué te aporta, quería mostraros ejemplos siguiendo la clasificación que hace la consultora de comunicación Annete Simmonsen The Story Factor y ver en qué situaciones los podemos aplicar:
– Relato “Quién soy yo”: este relato sirve para contar qué te han llevado a ser quién eres. Se puede usar en entrevistas de trabajo para explicar por qué te dedicas a tal sector o para autopresentarte cuando conoces a alguien nuevo.
Un ejemplo de ello es el discurso de Barack Obama en el que habla de sus orígenes africanos y como su familia llegó a EEUU, la tierra de las oportunidades y la libertad. Así se convirtió en la encarnación del mito del sueño americano.
– Relato “Para qué estoy aquí”: puede ser usado en una presentación o reunión para explicar el motivo de ésta. Ya que en estas circunstancias el inicio es clave para captar la atención, explicar de entrada las intenciones que tienes y mostrar los beneficios que aportará tu idea, puede ser mucho más impactante si lo ilustras con un relato qué explique qué te ha llevado a ella. Por ejemplo, no es lo mismo decir: “estamos aquí para hablar del lanzamiento de este producto”, que contar la historia que llevó a inventar tal idea y demostrar sus ventajas para captar la atención de entrada.
– Relato visionario: sirve para hacer más cercana una visión de futuro, narrando con detalles tu visión particular de lo que sucederá. Se puede usar cuando realizamos una promesa, vamos a vender una idea de negocio o queremos ilustrar a alguien sobre lo que puede conseguir (por ejemplo, al equipo de ventas si logra alcanzar los objetivos o a un amigo si se atreve a dar el paso que tanto miedo le da)
Un ejemplo es la canción Imagine o el discurso de Martin Luther King “He tenido un sueño” en el que explica cómo sería un país sin racismo de una forma muy inspiracional.
– Relato educacional: para que el aprendizaje sea más rápido, intuitivo y sencillo. Puede usarse para educar a tus hijos o también para una formación de empresa por ejemplo. A mi mis padres no me dijeron que no contará mentiras, sino que me explicaron el cuento de Pedro y el lobo, una forma mucha más sencilla de dar el mismo mensaje.
– Relato Valores en acción: se trata de usar ejemplos de cómo te enfrentaste a situaciones del pasado para demostrar tus valores, habilidades o destrezas. Es muy útil para diferenciarte en entrevistas de trabajo o para pedir una promoción argumentando tu valor añadido. Simplemente detalla una situación donde usaste esa habilidad que sirva de prueba de lo que estás diciendo. ¿En qué situación fuiste proactivo? o creativo?
– Relato “Sé lo que estás pensando”: consiste en adelantarse a situaciones de rechazo o prejuicios que detectas que existen y demostrar con un relato lo contrario. Si en una conversación detectas que alguien tiene objeciones sobre lo que cuentas, esta puede ser una forma de neutralizarlas. Puedes usar ejemplos personales o de terceros para hacer caer creencias. Por ejemplo, para ilustrar que personas muy jóvenes son capaces de liderar equipos puedes utilizar el ejemplo de Mark Zuckerberg.
Consejos para tus relatos:
– Narran bien los escenarios o contextos donde suceden las historias. Puedes usar la referencia de los cinco sentidos para ayudar a situarse a la audiencia en el escenario, concretando qué hay, como huele, qué se oye…. Piensa que las imágenes mentales son fáciles de componer y recordar.
– Explica con detalle las emociones que sentiste. Esto ayuda a que conecten emocionalmente con la situación.
– Crea puntos de afinidad y conexión con tu audiencia comunicando tu vulnerabilidad. Somos seres imperfectos y para no parecer arrogante contando cuánto vales, confiesa también algún vicio, manía, errores o debilidades para crear cercanía y crear puentes de identificación con la audiencia. Os dejo mi descripción del perfil de Twitter por si os sirve de ejemplo:
Laia Arcones@LaiaArcones. Apasionada y especialista del marketing, mundo al que felizmente me dedico. Preguntona compulsiva y curiosa aventurera. Adicta al chocolate 100%.
Espero que os animéis a contar vuestros relatos. Puede ser la diferencia entre pasar o permanecer. ¿Te lanzas a brillar?
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