Dime cómo te presentas en LinkedIn y te diré cuánto crees en ti.

POR LAIA ARCONES

 

Tu perfil de LinkedIn dice más de ti de lo que piensas. No me refiero solo a si pones “Manager en tal empresa” o “Consultora en no se qué”.

Me refiero a cómo te presentas : ese titular, ese “Acerca de”, esa foto que elegiste hace 6 años en un bautizo.

Todo eso es un espejo directo de cuánto crees en ti.

Sí, LinkedIn es un espejo. Y ya sabemos que a veces el espejo devuelve más dudas que certezas.

Hoy te propongo algo diferente:

vamos a mirar juntas cómo te presentas en LinkedIn, qué dice eso de tu confianza profesional y, sobre todo, cómo puedes pasar del modo “paso desapercibida” al modo ON.

No, no te voy a prometer seguidores instantáneos ni un trending post en 24 horas.

Pero sí voy a retarte a algo más importante: usar tu perfil como la vitrina más poderosa de tu marca personal.

 

Saca papel y boli (sí, en serio, hazme caso). Hoy hacemos test.

 

 

LinkedIn no es tu currículum, es tu altavoz

 

Si fuera por los currículums, la mayoría de mujeres tendría que poner en la primera línea:

“Capaz de hacer malabares entre un deadline imposible, una reunión de cole a las 12:30 y el Excel que no se abre porque pesa más que mi paciencia”.

 

Pero LinkedIn no es un PDF de Recursos Humanos. LinkedIn es tu altavoz, tu escenario. Es el lugar donde puedes decidir:

¿Quieres ser secundaria en tu propia historia o protagonista?

 

Y aquí está la trampa: muchas mujeres que son auténticas cracks, con trayectorias impresionantes, se presentan como si pidieran perdón por existir.

¿Te suena?

“Consultora con experiencia en el sector”
“Apasionada de las personas”
“Trabajando actualmente en X”

 

Muy correcto. Muy neutro. Muy invisible.

¿Y sabes qué pasa? Que ese espejo digital refleja más inseguridad que logros.

 

 

 

¿Por qué nos cuesta tanto brillar en LinkedIn?

 

La respuesta corta:

Porque nos han educado para no molestar, no presumir, no destacar demasiado.

La larga:

Porque hay una montaña de sesgos sociales que llevamos encima desde niñas. Frases como “sé buena compañera”, “no alardees”, “que hablen los demás por ti” han hecho mella en generaciones de mujeres.

El resultado es claro:

Cuando llega el momento de hablar de nosotras mismas, bajamos el volumen. Y lo disfrazamos de humildad.

Los datos lo confirman:

  • Un estudio de LinkedIn (2019) mostró que las mujeres tenemos un 25% menos de probabilidades que los hombres de incluir logros cuantificables en nuestros perfiles.
  • Según McKinsey & LeanIn.org (Women in the Workplace, 2022), las mujeres tienden a ser más autocríticas y a infravalorar sus capacidades, incluso teniendo igual o mayor rendimiento que sus pares masculinos.
  • La psicóloga Carol Dweck lo llama “síndrome de la buena estudiante”: desde niñas aprendemos a buscar aprobación externa y a cumplir expectativas, en lugar de a reclamar reconocimiento por méritos propios.

¿La consecuencia? Que en entornos como LinkedIn —donde mostrar logros y visibilidad es clave— muchas mujeres se esconden tras frases neutras o genéricas.

 

 La humildad mal entendida no es virtud.Es autopiratería. Tú misma te cortas las alas.

 

 

 

LinkedIn como espejo de tu autoconfianza

 

Te lo digo con evidencia: tu perfil no es solo un escaparate profesional. Es un indicador de autoconfianza.

  • Si tienes foto de hace 10 años y sin mirar a cámara → inseguridad sobre mostrarte tal como eres.
  • Si tu titular es el nombre de tu puesto → inseguridad para decir lo que realmente aportas.
  • Si tu “Acerca de” son tres frases genéricas copiadas de Google → inseguridad para contar tu historia.

Y no, no es que “no tengas tiempo” o que “no sepas qué poner”.

Es que, en el fondo, crees que no mereces ocupar ese espacio con fuerza.

 

 

¿Qué dice la psicología de todo esto?

 

Los psicólogos lo llaman autoconcepto: la percepción que tienes de ti y del valor que te atribuyes.
Y no se queda en tu mente: se refleja en cómo hablas, negocias… y te presentas en LinkedIn.

Según el modelo de los Big Five (Costa & McCrae, 1992):

  • Extraversión: quienes puntúan alto se muestran con facilidad; quienes puntúan bajo prefieren la discreción.

  • Apertura a la experiencia: implica innovar y mostrarse con autenticidad, en lugar de seguir un guion estándar.

Estudios clave:

  • Kay & Shipman (2014): las mujeres tienden a infravalorar sus logros y esperar “estar listas” antes de mostrarse.

  • HP Report (2014): las mujeres postulan a vacantes solo si cumplen el 100% de requisitos; los hombres, con el 60%.

  • McKinsey & LeanIn.org (2023): la mayoría de mujeres líderes esperan reconocimiento externo antes de visibilizarse.

 

Aunque LinkedIn pueda parecer un detalle, en realidad es un síntoma visible de tu confianza y de tu disposición a ocupar espacio.

 

 

Historias que lo demuestran

 

Caso 1. La mujer invisible

Una directiva con 20 años de experiencia en banca, liderando equipos enormes. Su titular en LinkedIn: “Gestión de proyectos en banca”. Nadie diría que ha negociado presupuestos millonarios o que ha sido pionera en transformación digital.

Cuando rehicimos su perfil para reflejar logros, visión y liderazgo, de repente empezaron a contactarla headhunters. La experiencia ya estaba, pero ahora brillaba.

      Caso 2. La joven que sí se atrevió

Recién salida de la universidad, con apenas 2 años de experiencia. Su titular vinculado a su propósito: “Impulsando la diversidad en la industria tecnológica | Especialista en analítica de datos”.
¿Resultado? Invitaciones a foros, colaboraciones y proyectos que nunca le habrían llegado si se hubiera presentado como “Analista en X”.

 

 

 

Estilos de presentación en LinkedIn (y qué esconden)

 

Igual que hay estilos de crianza o de liderazgo, también hay estilos de presentación en LinkedIn.

  1. El perfil fantasma
    Sin foto, sin descripción, solo un listado de trabajos. El equivalente a no ir a la entrevista. Refleja miedo o dejadez.
  2. El perfil escueto
    Tienes lo mínimo para no parecer ausente: nombre, puesto, empresa. Correcto, pero sin alma. Traducción: “prefiero pasar desapercibida”.
  3. El perfil genérico
    Palabras bonitas pero huecas: “apasionada por las personas”“orientada a resultados”. ¿Quién no? Esto dice: “me da miedo concretar”.
  4. El perfil WOW
    Titular con propuesta de valor, “Acerca de” con historia personal y logros, publicaciones que muestran opinión. Traducción: “creo en lo que aporto y me atrevo a mostrarlo”.

No se trata de vender humo, sino de visibilizar valor

Aquí hay que ser claras: mostrar tus logros no es ego, es justicia.

Las empresas están llenas de mujeres brillantes que se quedan en la sombra porque no quieren parecer arrogantes. Mientras tanto, compañeros con menos experiencia pero más desparpajo pisan fuerte en LinkedIn y captan todas las oportunidades.

La diferencia no está en el talento, sino en el coraje de mostrarse.

 

 

 

El TEST: ¿Cuánto crees en ti según tu LinkedIn?

 

Haz el test. Sé sincera. Apunta tus respuestas rápido.

(Puntuación: A = 3 · B = 2 · C = 1 · D = 0)

  1. Tu foto de perfil es…
    A) Profesional, actual y sonrío con confianza.
    B) Correcta, de hace unos años.
    C) Recorte de otra foto (bodas, vacaciones…).
    D) No tengo foto.
  2. Tu titular dice…
    A) Mi propuesta de valor clara: lo que aporto, no solo mi puesto.
    B) Mi cargo + empresa.
    C) Una frase genérica: “Apasionada de…”.
    D) Vacío.
  3. En tu “Acerca de”…
    A) Cuentas tu historia y destacas logros con emoción.
    B) Pones una descripción estándar.
    C) Copiaste frases que viste en otros perfiles.
    D) No tienes nada escrito.
  4. Tus logros y proyectos…
    A) Están destacados y explicados con datos o impacto.
    B) Mencionados de forma breve.
    C) Apenas aparecen.
    D) Ni los incluiste.
  5. Publicaciones en LinkedIn…
    A) Publico contenido con mi voz y opinión.
    B) Comparto de vez en cuando cosas de mi empresa.
    C) Solo reacciono a publicaciones.
    D) No hago nada.
  6. Tu red de contactos…
    A) Estratégica y diversa: he buscado conexiones relevantes.
    B) Mi círculo cercano.
    C) Gente que me agrega, sin pensar mucho.
    D) Apenas tengo conexiones.

 

Resultados del test

 

15–18 puntos → Perfil WOW, confianza ON

Tu perfil transmite seguridad, claridad y valor. Se nota que crees en ti, y lo reflejas en cada detalle: foto actual y profesional, un titular que va más allá del cargo, un “Acerca de” donde cuentas tu historia y un feed con publicaciones propias.

La impresión que generas es de alguien con rumbo, con voz y con autoridad. Probablemente eres esa profesional que inspira y que otras ya miran como referente.

Recomendaciones pro:

  • Haz auditorías trimestrales de tu perfil: ¿sigue reflejando quién eres hoy?
  • Integra testimonios y recomendaciones de colegas o clientes. El prestigio se multiplica cuando otros hablan bien de ti.
  • Crea un calendario sencillo de publicaciones: 2 al mes donde compartas aprendizajes o reflexiones. Esto consolida tu posición como voz experta.

10–14 puntos → Perfil en construcción

Tu perfil está bien, pero aún falta esa chispa que marque la diferencia. Das señales de profesionalidad, pero no terminas de creértelo del todo. Es como si tuvieras un vestido precioso guardado en el armario pero lo dejaras colgado para “otra ocasión”.

Transmites que tienes valor, pero no siempre te atreves a mostrarlo de forma potente.

Recomendaciones pro:

  • Reescribe tu titular: piensa en qué problema resuelves y para quién.
  • Añade logros en tus experiencias con cifras o impactos concretos. (Ej: “Lideré un proyecto que redujo costes un 20%” → mucho más potente que “Gestión de proyectos”).
  • Atrévete con un primer post personal: comparte una experiencia profesional y lo que aprendiste de ella.

5–9 puntos → Perfil escondido

Tienes mucho más de lo que muestras. Tu LinkedIn parece el escaparate de una tienda cerrada: se intuye que dentro hay valor, pero no se ve nada desde fuera. Eso hace que oportunidades pasen de largo.

No es que no tengas experiencia o valor: es que lo estás escondiendo (quizás por miedo, modestia o simple falta de costumbre).

Recomendaciones pro:

  • Empieza por lo básico: sube una foto profesional y actualiza tu titular con al menos una pista de tu propuesta de valor.
  • Reescribe el “Acerca de” en primera persona: cuenta qué te mueve, qué sabes hacer y cómo puedes aportar.
  • Escoge un logro profesional del que te sientas orgullosa y publícalo en un post. Empieza pequeño, pero empieza.

0–4 puntos → Perfil fantasma

Tu LinkedIn es prácticamente inexistente. Ni tú te reconoces en él. Y ojo: no significa que no tengas nada que contar, sino que no te estás dando permiso para ocupar ese espacio.

Para reclutadores, colegas o clientes, es como si no existieras. Y la invisibilidad, en el mundo profesional actual, es un lujo que no puedes permitirte.

Recomendaciones pro:

  • Haz una primera limpieza: foto, titular y un par de frases en “Acerca de”. No busques perfección, busca arrancar.
  • Inspírate en perfiles de mujeres que admires: observa cómo se presentan y qué puedes adaptar a tu estilo.
  • Marca un compromiso contigo: dedica una hora al mes a mejorar tu perfil. Es una inversión en tu visibilidad y, por extensión, en tu carrera.

 

 

 

Conclusión: tu Linkedin habla de ti

 

Tu perfil de LinkedIn no es solo una tarjeta profesional: es un espejo de tu relación contigo misma.

Cuidarlo es una forma de cuidar tu autoconfianza.

Porque cada vez que eliges una foto que te representa hoy, cada vez que escribes un logro en el que crees, cada vez que publicas una reflexión con tu voz… te estás diciendo a ti misma:

“mi historia importa, mi voz cuenta, mi valor merece ser visto”.

 

Y eso, más que un perfil digital, es un acto de autocuidado.

 

Cuando te atreves a mostrarte en LinkedIn, no solo crece tu visibilidad:

crece tu confianza, tu influencia y tu capacidad de inspirar a otras mujeres.

 

LinkedIn no es un escaparate vacío:

Es un recordatorio constante de que creer en ti y mostrarte es la primera inversión que nadie puede hacer por ti.

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