Seguro que has oído hablar de Robert Cialdini, el psicólogo que descifró los principios universales de la influencia.
Pero… ¿sabías que no son solo para vender productos como explico aquí, sino también para liderar tu carrera profesional con más impacto y visibilidad?
Como mujeres que trabajamos por cuenta ajena, muchas veces nos cuesta “vendernos” sin sentir que nos estamos “vendiendo”.
Y aquí está la magia de los principios de Cialdini: te ayudan a influir desde la autenticidad, no desde la imposición.
Vamos a ver cómo puedes aplicarlos para ponerte en modo ON en tu trabajo.
Principio de Reciprocidad: “Dar para recibir (de verdad)”
Cuando ayudas a alguien, esa persona se siente naturalmente inclinada a devolverte el favor.
Pero ojo: no se trata de hacerlo esperando algo a cambio, sino de crear relaciones de valor.
Ejemplo:
Si una compañera te pide ayuda para preparar una presentación, dale un consejo o ayúdala con un slide.
Después, cuando necesites apoyo en tu proyecto o quieras visibilizar un logro, será más fácil que otras personas te respalden.
Acción ON: conviértete en “referente generosa”: ofrece conocimiento, contactos o ideas, y la red se activará a tu favor.
Principio de Compromiso y coherencia: “Cumple lo que dices (y di lo que quieres)”
A las personas nos gusta ser coherentes con nuestras palabras y acciones.
Cuando te comprometes públicamente con un objetivo, aumenta la probabilidad de cumplirlo.
Ejemplo:
Si dices en una reunión: “Voy a presentar la propuesta de mejora de procesos este mes”, lo más probable es que lo hagas, porque ya lo has hecho visible.
Acción ON: di tus metas profesionales en voz alta: a tu manager, a tus colegas, en una mentoría. Cuanto más visible sea tu compromiso, más energía tendrás para hacerlo realidad.
Principio de Aprobación Social: “Mira lo que hacen otras… e inspíralas tú”
Tendemos a hacer lo que vemos que otras personas hacen.
Por eso, ver a otras mujeres visibles, valientes y proactivas inspira acción.
Ejemplo:
Si compartes en LinkedIn cómo lideraste una reunión difícil o pediste un aumento, estás mostrando un modelo posible.
Tu ejemplo abre camino para otras y refuerza tu propia autoridad.
Acción ON: publica, comparte y celebra tus avances. No es ego, es inspiración colectiva.
Principio de Simpatía: “Conecta desde lo humano”
Las personas decimos más sí a quienes nos caen bien. Y la simpatía no es “ser agradable”, sino conectar emocionalmente.
Ejemplo:
Si lideras un equipo, muestra cercanía: pregunta cómo están, comparte un aprendizaje personal, reconoce su esfuerzo.
Acción ON: sé profesional, pero no fría. Ser auténtica y empática no resta liderazgo, lo multiplica.
Principio de Autoridad: “Muéstrate experta (aunque aún estés aprendiendo)”
Tendemos a seguir a quienes percibimos como referentes o expertas.
Y eso no depende solo de tu título, sino de cómo comunicas tu conocimiento.
Ejemplo:
Si en una reunión compartes datos, resultados o experiencias propias con seguridad, generas confianza.
Si das una charla interna o escribes un post en la intranet, te posicionas como referente.
Acción ON: comunica lo que sabes. Da mini-formaciones internas o comparte aprendizajes. La autoridad se construye mostrando valor.
Principio de Escasez: “Haz que tu tiempo y tus ideas valgan”
Lo que es escaso, se valora más.
A veces damos demasiado, y eso diluye nuestro valor.
Ejemplo:
Aprende a decir “no” a tareas que no te corresponden o a reuniones sin sentido.
Prioriza y comunica tus límites con elegancia.
Acción ON: protege tu tiempo como si fuera oro. Porque lo es. Y al hacerlo, los demás lo respetarán más.
En resumen:
Los principios de Cialdini no son trucos de manipulación, sino llaves de influencia ética.
Aplicados con autenticidad, te ayudan a:
- Posicionarte con más autoridad.
- Construir relaciones profesionales sólidas.
- Aumentar tu visibilidad sin perder tu esencia.
- Activar tu modo ON y liderar tu carrera desde tu propio poder.
No necesitas ser más “estratégica”.
Solo necesitas ser más consciente de cómo ya influyes cada día.
Porque la verdadera influencia no es controlar… es inspirar.




