En el libro de Debra Fine, “Saber qué decir” se dan estos 10 consejos para aprender a escuchar activamente, no oír. Ser un buen oyente requiere voluntad y trabajo pero tiene su recompensa en la fortaleza de las relaciones que se crean.
- Aprende a querer escuchar. Debes tener deseo, interés, concentración y disciplina.
- Emite señales verbales y visuales de que escuchas al otro.
- Espera algo excelente. Obtenemos buena información con más frecuencia, si esperamos recibirla.
- Conviértete en un oyente de cuerpo entero: escucha con los oídos, los ojos y el corazón.
- Toma notas. Ayuda a retener la información.
- Escucha ahora, comunica después. Planea contarle a otra persona lo que has escuchado y lo recordarás mejor.
- Genera empatía ajustándote al ritmo de tu interlocutor. Trata de igualar sus gestos, las expresiones de su cara y las características de su voz para crear una comunicación cómoda.
- Controla las distracciones internas y externas. Apaga tu radio interior.
- Con generosidad, bríndale tiempo y el obsequio de escucharlo.
- Mantente presente. Si sientes que desconectas, repite mentalmente las palabras que has oído.
“Al hablar se siembra, al escuchar se recoge”
¿Os cuesta escuchar en algunas situaciones?