Conversación breve. Small talk.

POR LAIA ARCONES

small talk

En el ascensor, en la parada del autobús, en una fiesta que conoces a poca gente, en la oficina cuando coincides con compañeros de trabajo que no tienes mucha relación, con la peluquera, en un taxi… Es usual que coincidamos con alguien durante un breve periodo de tiempo y queramos tener una conversación breve o charla ligera como señal de cortesía y amabilidad para romper los silencios incómodos que se producen. Los estadounidenses lo denominan small talk. ¿Cuántas veces os ha pasado no saber que decir?

En estas situaciones cotidianas no se espera tratar temas trascendentales, emocionales o importantes, sino realizar un intercambio superficial en el que simpatizar y tener una conversación agradable.

¿De qué podemos hablar?

Dependerá del contexto y la persona, pero temas recurrentes son el tiempo, el tráfico, noticias de actualidad, programas de televisión o deportes, información personal básica como la profesión o lugar de nacimiento… Si conocemos la persona anteriormente, preguntar por su familia, por sus aficiones, por las vacaciones o simplemente interesarse por cómo está o cómo le ha ido el fin de semana.

Además siempre se puede hacer uso de elogios para positivizar la conversación, como: ¡qué camiseta más bonita! ¿de dónde es? o ¡qué bien te sienta este color!

Como consejo, si sabes que vas a coincidir con alguna persona en concreto, ¿por qué no pensar con anterioridad sobre qué hablar y tener ya alguna idea para romper el hielo?

¿De qué no es recomendable hablar?

De política, de religión, de temas conflictivos, preguntar sobre detalles personales o íntimos, de chismes de terceras personas que no están ni hablar mucho de uno mismo (de nuestros problemas de salud, sentimentales, nuestras manías, contar muchos detalles de las vacaciones o del fin de semana…)

Es necesario percibir si la otra persona está predispuesta a seguir conversando o emitiendo señales de incomodidad o desconexión.

Además para tener conversaciones trascendentes, es importante recordar que el ritual también contempla hablar al inicio de temas más superficiales interesándose por la otra persona para simpatizar y empatizar antes de introducir los temas importantes que se quieran tratar. No sé puede ir directo al grano, ya que se causa una sensación de autointerés y esto genera desconfianza.

En la despedida, se recomienda acabar con un tono positivo, deseando a la persona que le vaya bien y/o dando recuerdos para terceros.

¿Ya habéis empezado a pensar cómo reaccionaréis en la próxima conversación breve para crear un ambiente agradable y generar una buena impresión?

¡Hasta pronto!

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