Como veo que el tema de los animales os ha gustado, quería compartir este cuento con vosotros de George Reavis, que habla sobre la gestión del talento. Se titula: “La escuela de los animales”.
“Érase una vez unos animales que decidieron que tenían que hacer algo heroico para resolver los problemas de “un mundo nuevo”. Así que organizaron una escuela. Acordaron un plan de actividades consistente en correr, trepar, nadar y volar. Para que fuera más fácil llevar a cabo el plan de estudios, todos los animales estudiaban todas las asignaturas.La moraleja de esta historia es que cada animal (y persona) tiene sus puntos fuertes y sus puntos débiles. Hay personas que dedican todo su tiempo a mejorar sus debilidades para no tener ninguna carencia y otras que prefieren entrenarse en lo que se les da bien para ser los mejores en algo.
El pato era excelente nadando, de hecho era mejor que su instructor; pero sólo obtuvo calificaciones pasables volando, y era muy mediocre corriendo. Puesto que era lento corriendo, tenía que quedarse a la salida y tuvo que dejar la natación para practicar la carrera. Esto continuó así hasta que las membranas de sus pies se desgastaron terriblemente y se volvió sólo mediocre nadando. Pero la mediocridad era aceptable en la escuela, así que nadie se preocupó, excepto el pato.
El conejo empezó siendo el primero de la clase corriendo, pero sufrió una crisis nerviosa de tanto trabajar para nadar.
La ardilla era magnífica trepando, hasta que se sintió frustrada en la clase de vuelo, porque el profesor le hacía empezar desde el suelo en vez de desde lo alto de un árbol. También tuvo calambres, y obtuvo una C en trepar y una D en correr.
El águila era muy problemática y tuvo que ser tratada con una severa disciplina. En la clase de trepar derrotó a todos los demás subiendo a la copa del árbol, pero insistía en llegar hasta allí a su manera.
Al final del curso, la anguila, que sabía nadar bastante bien, y también correr, saltar y volar un poco, obtuvo la mejor nota media.”
El tiempo que disponemos es limitado y nuestra capacidad de aprendizaje también, por lo que deberíamos asumir que no podemos ser buenos en todo. Debemos aceptar algunas de nuestras carencias como coste de oportunidad a cambio de acentuar nuestras cualidades.
No digo que no tengamos que mejorar en algunas áreas, pero se trata de detectar las carencias relevantes para el perfil que quieres ser. Sólo esas competencias son realmente importante que trabajes, el resto son irrelevantes para ti.
Puedes pensar en personas referentes por ejemplo: ¿a caso Messi se ha centrado en ser el mejor en todos los deportes? ¿O Ferran Adrià intenta ganar maratones? No. Eligen en qué quieren ser buenos y entrenan muy fuerte hasta lograrlo. Entonces, ¿porqué nosotros hacemos cursos de todo tipo para completar nuestro perfil?
Te animo a que hagas una reflexión sobre qué cualidades o habilidades son realmente relevantes para tu posicionamiento y sector, y cuáles de ellas tendrías que mejorar. Céntrate en entrenar sólo estas competencias, eso sí, sé sobresaliente en ellas.
Como dice el refrán: “Quién mucho abarca, poco aprieta”